
Según estas mismas fuentes, el jugador de la barriada Federico Mayo había llegado a un acuerdo con el consejero delegado y accionista mayoritario del club, Joaquín Morales, según el cuál, el lateral quedaría en libertad en caso de lograr el ansiado ascenso de categoría.
El propio Mendoza alude a motivos "personales" para justificar esta decisión, aunque ofrecerá más detalles en una rueda de prensa que ha convocado para el próximo día 1 de julio y que además aprovechará para despiderse de la que ha sido su afición durante once temporadas.
Jesús Mendoza llegó al Xerez en el verano de 1998 procedente del Racing Portuense, de la Tercera división, para militar esa temporada en un equipo azulino que al final de la temporada anterior había descendido a Segunda B.
Desde el principio, Mendoza despuntó como un prometedor jugador de banda, cualidades que no supieron ver en su paso por la cantera del Cádiz.
Aunque le costó tener continuidad, cuando se hizo con un puesto se convirtió en uno de los ídolos de su afición.
Mendoza brilló especialmente la temporada del ascenso a Segunda, continuando con una imparable progresión la temporada siguiente en la división de plata de la mano de Bernd Schuster. Curiosamente el entrenador que lo marginó en la suplencia y en la grada la temporada siguiente.
Tras la marcha del alemán, Mendoza cuajó grandes temporadas en Segunda, siendo titular con Carlos Orúe, Esteban Vigo, Chaparro, Enrique Martín, Lucas Alcaraz, Pepe Murcia, Rondán, Casuco y de nuevo Esteban Vigo en la campaña del ascenso.
Ahora en el Rayo de otra jerezana, Teresa Rivera, y de la mano de un Pepe Mel que le conoce a las mil maravillas, intentará seguir con la misma trayectoria ascendente de siempre.
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