El Athletic aguó la fiesta que le recibió en Jerez. Un gol de rebote y la consistencia táctica y física que exhibió le bastaron para difuminar a un Xerez tan intencionado como romo arriba. El rodaje adquirido en agosto por los rojiblancos pesó más que la posesión andaluza y, pese a algunos apuros en la recta final, valió para rubricar el mejor comienzo liguero de los últimos tres lustros.
El Xerez no engaña a nadie, su estilo está perfectamente definido y a él se atiene con todas las consecuencias: toma el balón y le da todos los pases que haga falta para progresar desde la defensa. En este idea perseveró de principio a fin. Una fórmula a la que el Athletic opuso trabajo y rigor táctico, bazas que cundieron, como lo demuestra la escasa productividad observada en torno al área de Iraizoz.
La réplica rojiblanca en el aspecto creativo se redujo al envío en largo a Llorente. Así, sin correr el más mímino riesgo, el Athletic dispuso de las mejores, aunque fueran muy contadas, ocasiones. Primero un penalti rigurosísimo con el que Javi Martínez permitió lucirse a Renan, luego el desafortunado gol de David Prieto a centro chut de Susaeta, un cabezazo de Llorente que repelió el larguero dos veces y otro remate del ariete que Renan sacó con agilidad.
El Xerez apretó cuanto pudo en la reanudación, pero salvo una internada de Momo y un golpe franco de Viqueira, apenas logró penetrar en la sólida estructura rojiblanca.
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