Antonio Blanch
Llegaba en el año 2007 un jugador que vino a ayudar al equipo. Llegó sin hacer mucho ruido, pero poco a poco se fue ganando el cariño de Chapín. Jugador muy participativo, rápido y con buen olfato de gol, pero asombrosamente no fue eso lo que lo hizo parte del escudo de Xerez CD. Su arte, su magnífica relación con la afición y su forma de meter a todos en el partido, fueron sus armas para hacerse con la siempre exigente grada de Chapín, a la que consiguió poner de acuerdo con su titulatidad. Salvó al equipo de la quema de segunda b y un año después, con el 8 a la espalda, ascendió por primera vez al Xerez a Primera División. Ese año fue de más a menos, de ser un goleador importantísimo a sólo entrar en los planes de Esteban en los momentos malos. Pero aun así, siempre la afición estuvo con él, y él con la afición. Volvía entonces a Primera División, donde ya había jugado con equipos como el Sevilla o el Racing. Quiero darle las gracias, como se las doy también a otro jugador que acaba de abandonar el barco, como es Mario Bermejo; por el cariño que siempre ha mostrado a la afición y por sus grandes actuaciones en el campo, por su humildad y por su relación mutua con el resto del equipo. Sin duda, un jugador ejemplar del que aprender, todo una leyenda ya del Xerez Club Deportivo.
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