«Si por mí fuera, le daría la continuidad a Moreno con los ojos cerrados». Las palabras de Óscar Díaz no hacen más que reflejar las buenas sensaciones existentes en el seno del vestuario del Xerez desde que Vicente Moreno se hiciera cargo del timón azulino. Justo cuando las aguas más turbulentas estaban (seis puntos de 27 posibles y solo una victoria en Chapín desde que arrancara la temporada), el club decidió darle la oportunidad a un hombre de club, galardonado y con más de una década en la entidad azulina. Era una prueba y, desde luego, no era "un marrón" según el propio Moreno, que el sábado dejó claro que de su futuro en el cargo no hablará, dándole esa responsabilidad a Emilio Viqueira. "A partir del lunes (por hoy) voy a hablar con Emilio, lo escucharé y le diré lo que pienso", aseveraba el valenciano, que dejaba claro que "ya él (Emilio Viqueira) os dirá lo que tenga que decir". Y es que no se va a precipitar Moreno en la decisión, eso ya lo ha dejado claro el excapitán, quien desde mañana hablará con el director deportivo del Xerez de su futuro.
La idea de Viqueira es clara y va en consonancia con buena parte del xerecismo. Muchos son los que piensan que el exfutbolista está capacitado, pero que, sobre todo, su continuidad supondría un alivio para las arcas azulinas, al borde de pedir auxilio en plena época de negociar con los acreedores de cara a la firma del convenio. El responsable de la parcela deportiva ha mantenido su apoyo y respaldo a Moreno, al que los resultados le han dado una de cal y otra de arena (3-1 en Villarreal y 3-0 ante el Cartagena), pero que no ha podido alejar al equipo del descenso, posiblemente el principal miedo no solo de los técnicos, sino también de los despachos.
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